Muchas personas confunden el acné con la rosácea, ya que ambas condiciones pueden generar brotes, enrojecimiento y afectaciones visibles en la piel. Sin embargo, se trata de dos trastornos distintos, con causas, tratamientos y características únicas.

¿Qué es el acné?

El acné es una afección inflamatoria que ocurre cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células muertas. Puede presentarse con puntos negros, espinillas, pústulas o incluso lesiones profundas como quistes. Afecta principalmente adolescentes, pero también puede aparecer en adultos.

Causas comunes:

• Cambios hormonales
• Exceso de grasa en la piel
• Bacterias (Cutibacterium acnes)
• Uso de productos comedogénicos

¿Qué es la rosácea?

La rosácea es una condición crónica que afecta principalmente el rostro, causando enrojecimiento, vasos sanguíneos visibles y, en algunos casos, protuberancias similares al acné. Suele manifestarse en adultos con piel clara y es más frecuente en mujeres.

Causas comunes:

• Factores genéticos
• Cambios bruscos de temperatura
• Exposición solar
• Estrés o consumo de alcohol

¿Cómo diferenciarlas?

Aunque ambas pueden parecer similares, existen diferencias clave:

Tips generales para el cuidado de ambas condiciones

• Evita el sol excesivo y usa protector solar todos los días.
• Limpia tu piel con productos suaves, sin fragancia ni alcohol.
• No manipules las lesiones.
• Prefiere fórmulas no comedogénicas.

Aunque comparten algunas manifestaciones, el acné y la rosácea son condiciones distintas que requieren enfoques específicos.
Un diagnóstico profesional es clave para elegir el tratamiento correcto y cuidar tu piel con lo que realmente necesita.

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